El sentido de las viejas


A las viejas les queda un sentido afiladísimo conforme van cumpliendo años. Puede que pierdan los restantes, pero el que mantienen se agudiza hasta límites insospechados. 

Las hay que desarrollan un olfato canino y superpotenciado para detectar sustancias ilegales a su alrededor. Pero lo más común es que dispongan de un oído finísimo que les hace capaces de escuchar que alguien habla mal de ellas en un radio de trescientos metros. O que alguien ha vuelto a casa a las tres de la mañana. 

En raras ocasiones, las viejas superdesarrollan hasta dos sentidos simultáneos, y son capaces de escuchar que alguien ha vuelto a casa a las tres de la mañana, habiendo ingerido sustancias ilegales, y hablando mal de ellas.

La próxima vez que vaya a reírse o a hablar mal de una vieja, creyendo que no se enteran de nada, piénselo dos veces, o la juventud se volverá contra usted.

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