La importancia de llamarse Wenceslao Carlos
Era un tipo muy normal, incluso mediocre podríamos decir. No tenía nada destacable, salvo un detalle: se llamaba Wenceslao Carlos Caballero. En apariencia, poco más que un nombre peculiar, pero entrañaba un terrible desenlace.
El problema le sobrevino cuando entró a trabajar en una empresa muy grande y en la puerta de su despacho le serigrafiaron "W. C. Caballero".
Terminó pidiendo una baja por ansiedad.
Comentarios
Publicar un comentario