El Secreto


¿Nunca se ha planteado usted cómo es posible que algunas personas se curen tan rápido de una lesión o de un accidente? Deportistas que vuelven a correr en cuestión de días tras fracturarse hasta el alma, actores famosos que son operados de urgencia y en seguida reaparecen en su mansión en Miami.

No se deje engañar, no son superhéroes, no son más fuertes que usted. Poseen un Secreto al que solo pueden acceder las personas con, al menos, siete ceros en su cuenta bancaria. Dado que usted está leyendo esto, en lugar de disfrutar de un gin-tonic con cardamomo y pimienta de Sichuan en un resort, deducimos que le faltan algunos ceros, y, por lo tanto, el Secreto. 

El Secreto no es un libro de autoayuda y superación impersonal. Esos libros, como se descubrirá en cincuenta y cuatro años, provocan mayor malestar y pobreza al que los lee, casi tan perjudiciales como dejar de fumar.

El Secreto es el acceso a una tecnología cuántica de vanguardia, un adelanto tecnológico nunca visto. Se lo vamos a desvelar en primicia. ¿Le gustan las películas de viajes en el tiempo? Las clásicas, donde uno se monta en un coche volador y aparece en otra época. Pues bien, un equipo de científicos, financiados por una organización filantrópica que no vamos a nombrar, desarrolló el "Advanced Physiotherapeutic Space-Time Jumper (APSTJ), más conocido como "máquina del tiempo fisioterapéutica".

No se marche aun, permita que se lo expliquemos. Se trata de un dispositivo móvil donde se introduce la zona del cuerpo afectada (por ejemplo, una pierna), y esta realiza un salto temporal hacia el futuro en el valor que haya sido programada (por ejemplo, dos meses para lesiones leves y hasta varios años para las muy graves). Esto da como resultado que se pueda curar una lesión o dolencia no crónica en cuestión de minutos.

Por supuesto, la tecnología no está exenta de inconvenientes. En primer lugar, es imposible realizar el salto hacia el pasado. En segundo lugar, el intervalo de tiempo saltado hacia el futuro afecta en todos los aspectos. Es decir, acelera la curación de una lesión, pero también envejece de forma "prematura" la parte del cuerpo tratada, por lo que no conviene abusar de ella. Por desgracia, esta precaución no siempre se respeta, y es posible comprobar cómo muchos deportistas de élite sufren envejecimiento precoz y decrepitud tras retirarse.

Una advertencia: no intente buscar información acerca del APSTJ, no encontrará ninguna mención a la tecnología en Internet, y mucho menos en sus fuentes de confianza del bar de la esquina. Lo mejor que puede hacer es aprender a vivir con sus dolencias como un desgraciado, o incrementar los ceros de su cuenta bancaria. La decisión es suya.

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