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Mostrando entradas de julio, 2023

El afilador

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Acercaos, os voy a contar algo que sucedió hace tiempo. Aquellos de vosotros que ya peináis canas seguro que recordáis al afilador, un tipo ambulante que iba por los pueblos con una motillo o una bicicleta, ofreciendo sus servicios de afilar cuchillos y utensilios a los parroquianos. Anunciaban su llegada con un característico silbato muy agudo. Lo solían tocar en escalas ascendentes y descendentes sin parar, por lo que era imposible no reparar en él. Era un sonido familiar y bucólico, con alguna nota de nostalgia por un tiempo pasado que no era mejor, pero así lo recordaba todo el mundo. En algunos pueblos nació el rumor de que la llegada del afilador traía consigo mal tiempo. Esta observación fue confirmada gracias al empirismo de las gentes, que, efectivamente, comprobaron que había relación de causa y efecto entre un tipo con un silbato y la presión atmosférica. No solo llevaban razón: se quedaron cortos. ¿Sabe usted por qué desapareció la profesión de afilador? No fue porque ahor

Síndrome FOMO

Me ha dicho mi agente de viajes que tengo síndrome FOMO ( fear of missing out ). Un término raro que se inventaron los loqueros a principios del siglo XXI para describir a la gente que padece ansiedad por estar perdiéndose "algo".  Eso les hacía estar enganchados a las redes sociales (una especie de tablones digitales como los de las ferias de ganado), a viajar compulsivamente por los lugares más masificados de la Tierra y tardar quince minutos en decidir el sabor de los helados (cubiletes de leche de rata semicongelada con azúcar y aditivos químicos que se comía la gente después del almuerzo). Pues bien, al parecer ese tal FOMO sigue contagiándose y me lo ha debido de pegar mi vecino, porque soy incapaz de decidir si me voy de vacaciones a Mercurio o a Plutón. Todas las opiniones que leo se contradicen. En Mercurio hay buena gastronomía y chicas guapas con trajes espaciales ceñidos al cuerpo, pero a mí el calor me sienta regular y me provoca diarrea. En Plutón, en cambio,

El método Bachir

Bachir es vendedor ambulante. De los que son capaces de llevar un escaparate de ropa a cuestas bajo un sol de injusticia a cuarenta grados sin poner ni una mueca de dolor.  Pero Bachir no solo es famoso por llevar toneladas textiles por toda la playa. Tiene un truco infalible para vender mucho, más que la mayoría de sus compañeros (que ya están aprendiendo su método). Consiste en lo siguiente. El tipo va caminando por la orilla, delante de las sombrillas de los veraneantes, a las que alternativamente se acerca. Nadie sabe por qué se acerca a unas y no a otras. No hay ningún patrón en su clientela. La mayor parte de las veces le dicen que no, ya sea con un gesto, con una mueca, o directamente con la indiferencia cortante de una lata oxidada. Bachir tropieza entonces con una esterilla, pisa los vestidos que lleva al hombro y se le cae toda la mercancía. Forma un desastre alrededor de los clientes, que se apresuran a ayudarlo a recoger todo. Pero en esos segundos valiosísimos en los que n

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